viernes, 19 de diciembre de 2008

El Cabo Persiana


Su expresionismo, causo revuelo en aquella Sevilla de la Posguerra, un edificio que refleja una vez más el genio de su arquitecto Lupiáñez Gely, sin desmerecer la participación de su colaborador y director de la obra Arévalo Carrasco, que construyo un edificio con tal calidad que aún hoy en día podemos ver las persianas originales en muchas de sus ventanas. El Cabo Persianas es sin duda uno de los mejores ejemplos del expresionismo andaluz con otros edificios como el Trasmediterránea de Cádiz, el Mercado de Abastos de Algeciras o la Casa Almansa de Jaén.

El Edificio

En 1938 comienza a construirse este edificio por iniciativa de Manuel Marcos, finalizándose en 1939. El edificio se emplaza en un solar irregular, de forma trapezoidal, Lupiáñez soluciona ingeniosamente esta descompensación, ya que a lo largo de la fachada a la Calle San Pablo dispone un cuerpo volado que da continuidad al edificio, pareciendo realmente un edificio de planta rectangular. Con el cuerpo voladizo, además distingue la parte comercial del edificio con la parte destinadas a viviendas. El edificio cuenta con una escalera situada en la parte central de la planta, a ambos lados de la misma se abren sendos apartamentos por planta. Según J.M. Jiménez Ramón el edificio se incluye en el estilo internacional, y aunque no lo cataloga de totalmente expresionista, la influencia de este estilo de entreguerras es evidente en los giros curvos del cuerpo voladizo. Según Jiménez Ramón: "El entendimiento del edificio como volumen, la regularidad como principio compositivo frente a la euritmia académica y la proscripción de decoración aplicada encuentran aquí una aplicación casi literal". La fachada posterior como es común en algunos edificios modernos como los Art decó de Juan José Lopez Sáez se componen de vanos verticales con una total limpieza ornamental.

Su apodo, "Cabo Persianas" tiene una explicación doble. Su aspecto, le valió el apodo de Cabo, haciendo referencia a la similitud de su diseño con el puente de mando de un barco. El apodo persiana, proviene de sus persianas enrollables, que aún hoy podemos ver. Estas persianas muestran una vez más el aspecto funcional del edificio. Ohlsson escribía en la revista AC sobre las persianas enrollables:

"Los grandes huecos, especialmente en sentido horizontal, que caracterizan a esta racional construcción moderna, encuentran, en la persiana enrollable, la solución más perfecta, la única práctica, para regular su luz y ventilación. Con gran comodidad se obtiene, gracias a ella, la más suave graduación de la luz tamizada, permitiendo hasta la oscuridad absoluta."

Detalle de la Puerta de entrada

Transición entre fachada delantera y trasera


Planta


Fachada Original. Fue posteriormente modificada, completando el giro del voladizo hasta la fachada trasera.



La Polémica

Cuando
el edificio es acabado en 1939, surge la polémica, el ministerio de Educación Nacional eleva la queja a la Dirección General de Bellas Artes en los siguientes términos: " a los daños producidos a la ciudad de Sevilla en diferentes aspectos con la edificación de una casa construida en la Plaza de la Magdalena". La Dirección General de Bellas Artes pasaría la queja a la Comisión Central de Sanidad que paralizaría cualquier intención de "alquilar la finca", para que no se produjeran conflictos en caso de derribar el edificio.

En Septiembre de 1940, se acuerda el derribo del Cabo Persianas, el Ayuntamiento debe costearlo por haber permitido un edificio que dañaba tanto el aspecto de la ciudad. Afortunadamente el encargado de llevar a cabo el derribo del edificio es Juan Talavera y Heredia, por aquel entonces arquitecto municipal y gran defensor del edificio. De su escrito respondiendo al Ayuntamiento nos vamos a quedar con el punto 2, sobre la forma del edificio:

"2°. - Que lo construido no responda al aspecto artístico del lugar en que está emplazado.
La Plaza del general Franco tiene el trazado vulgar de las del siglo pasado. Un perímetro de forma aproximadamente rectangular, roto y abierto en sus ángulos y centro, sin que presente ninguna de las condiciones exigibles a exigible a una plaza, dando a esta palabra la acepción, que desde C. Sitte hasta hoy vienen atribu­yéndole todos los modernos urbanistas.
Los edificios que la rodean, casi todos del pasado siglo, puesto que la plaza fue formada durante la invasión francesa, sobre el solar resultante del derribo de la iglesia de la Magdalena.
Lo
s alzados de los edificios que la rodean son vulgares y anodinos, a no ser que quiera considerarse como monumental la fachada de una casa existente decora­da con yesos abundantes de un pseudo renacimiento francés.
No tiene, pues, la plaza ninguna nota artística destacada, si se exceptúa la fuente de gusto italiano, que ocupa su centro, y ésta deberá ser trasladada el día en que, resueltos los ensanches y aumentada la circulación, sea necesaria la totalidad de la plaza para su deenvolvimíento.
Las casas de esta plaza tienen, en general, pisos bajo, principal y segundo, como era uso y costumbre hace años en la ciudad. Posteriormente han ido aumentan­do las casas sus alturas, por la escasez de solares, el consiguiente aumento del precio de éstos y la necesidad del aumento de viviendas. Lógicamente se han producido, temporalmente. Desigualdades grandes en las alturas de las casas de cada calle, en tanto las otras llegaban a la altura de las ya construidas y esto no ocurre sólo en Sevilla, en el centro de Madrid, en la calle Alcalá y en la Avenida de José Antonio, tenemos ejemplos muy recientes en estos casos. No es extraño, que el Ayuntamiento de Sevilla creyera inevi­table el que esta casa fuera construida con la altura permitida en las Orde­nanzas Municipales vigentes, para vía de la anchura que tiene la Plaza del General Franco.
Creyendo justificado el volumen, pasemos a examinar el aspecto estético de las superficies que lo limitan y la disposición de ellas.
El Excmo. Ayuntamiento de Sevilla ha demostrado constantemente su preocupa­ción y deseo de no alterar el carácter de la ciudad, y ha conseguido librarlo de la tendencia tan generalizada en todas las poblaciones al hacer sus reformas, de querer cambiar su aspecto inspirándose en el de otras poblaciones extran­jeras. Sin duda, a ello han cooperado los Arquitectos sevillanos y el gusto y opinión general del público. Pero hace unos años, las nuevas tendencias estéti­cas en arquitectura han llegado a Sevilla, como a otras ciudades de carácter artístico e histórico, Salamanca por ejemplo, y el Excmo. Ayuntamiento ha tenido que debatirse con esas nuevas tendencias sin autoridad oficial en asuntos de arte para poder opinar, y se ha valido para el/o de asesoramientos autorizados como son la Academia, Comisión de Monumentos y recientemente, la Comisaría de Defensa del Patrimonio Artístico Nacional. Así, ha pedido informes cada vez que ha debido resolver sobre alguna construcción en lugar que por su emplazamiento lo requería.
Pero en el caso del edificio del que venimos tratando, como según queda expues­to anteriormente, la plaza del general Franco no tiene carácter artístico deter­minado, y sólo interesaba la perspectiva de la iglesia de San Pablo, la que no sufría daño con esta construcción, no estimó necesarios esos asesoramientos. Por otra parte, como el estilo a que las fachadas se ajustan, aunque no fuera de su agrado, es hoy generalmente admitido en todas las ciudades españolas, y no considerándose con atribuciones para dogmatizar; ni legislar en asuntos de arte, hubo de aceptar el criterio generalmente admitido."

En su intervención Talavera justifica la estética del edificio aludiendo a "las nuevas tendencias estéti­cas en arquitectura han llegado a Sevilla, como a otras ciudades de carácter artístico e histórico" Esto es importante y denota un convencimiento
por parte de Talavera del fin de una arquitectura ecléctica o regionalista y la apertura hacia nuevas formas. Si bien es cierto que en muchas de estas ciudades la arquitectura moderna tiene presencia en sus ensanches, en Sevilla encontramos algunos de estos edificios en El Porvenir o Nervión, sin embargo dada la gran amplitud del centro histórico podemos considerar lógico que también se produjeran reformas en la estética de caserío intramuros.

Perspectivas






5 comentarios:

Anónimo dijo...

" a los daños producidos a la ciudad de Sevilla en diferentes aspectos con la edificación de una casa construida en la Plaza de la Magdalena".

¿Esta frase no ha salido del informe de Icomos?

A veces parece que la vida gira sevillana gira en torno a sí misma y se repite, se perpetúa.

Sergio Harillo dijo...

A mí la verdad es q el edificio nunca me ha gustado, lo veo tan simple y tan... soso, jeje. Pero para gustos los colores ^^ Lo que me ha llamado la atención es q en los años 40 se montara tal jaleo por este edificio y unos años más tarde, se permitiera la destrucción de buena parte del Patrimonio histórico-artístico de la ciudad. Cómo cambian las cosas ¬¬

Un abrazo isra!!

Alfaraz dijo...

A mí no se me ocurre mejor ejemplo de Racionalismo en Sevilla. Afortunadamente se mantuvo en pie.

Y no tenía ni idea de la polémica que se levantó en su momento, asi que gracias por la información que es muy de la época.

.

Anónimo dijo...

Sin entrar a valorar lo que significa el término progreso aplicado al urbanismo de una ciudad, está claro que los edificio racionalistas son lo que son, funcionales, y también un pegote cuando se construyen en cascos históricos valiosos. Este edificio construido en una ronda seria magnífico, porque el edificio lo vale, junto a la Magadalena es tan pegote como construir la Villa Saboye en el patio de los Naranjos

Anónimo dijo...

A mí este edificio siempre me ha gustado por lo bonito que es siendo tan simple. Espero que algún día tiren los edificios horrorosos que hay alrededor y hagan algo decente y de calidad...